martes, 7 de junio de 2011

Como ser más positivos

Mantener una actitud positiva ante la vida nos ayuda a superarnos cada día. Para estar de buen humor y generar buenos sentimientos debemos creer en nosotros mismos y así ganaremos seguridad. Hemos de ver lo mejor de las personas y los demás nos verán de la misma manera.


No debemos olvidar que existen oportunidades y que solo tenemos que creer que las encontraremos. Si somos generosos y perseverantes tendremos buenos sentimientos hacia los demás y lograremos nuestros objetivos. Siendo responsables de nuestros actos y nuestros pensamientos sabremos qué hacemos bien y qué hacemos mal. Así podremos corregir nuestros errores para crecer de forma positiva.


Por otro lado, la alimentación también puede intervenir en nuestro estado de ánimo. Si tomamos productos ricos en serotonina, sentiremos placer, felicidad, armonía y bienestar.


Los alimentos que contribuyen a mejorar nuestro estado de ánimo son los siguientes: el pollo, el pavo, leche, pescados, huevos, frutas secas, frutas frescas, verduras, nueces, cacahuetes, pipas de calabaza y soja.
Hay un antiguo refrán que dice que el camino hacia el infier­no está hecho de buenas intenciones. Hay millones de personas que intentan ayudar con muy buena intención, dando consejos a los demás y sin preocuparse de seguir ellos mismos sus propios consejos. Es tan grande la felicidad de dar consejos que ¿a quién le importa que yo los siga?

La felicidad de dar consejos a los demás es una felicidad muy su­til y egoísta. La persona a la que aconsejas se convierte en un ignorante y tú eres quien sabe. El consejo es lo único que todo el mun­do da pero nadie sigue; y es mejor que así sea, porque quienes los dan no saben nada, aunque no vayan con malas intenciones.

Recuerda, si quieres cambiar el mundo tienes que cambiarte primero a ti mismo; esta es la naturaleza de las cosas. La revolu­ción empieza por uno mismo. Sólo así podrás irradiarla a los co­razones de los demás. Primero, debes comenzar el baile y enton­ces verás el milagro: los demás también empezarán a bailar.
El baile es contagioso, el amor también lo es, y la gratitud, y la religiosidad, y la rebelión; todos son contagiosos. Pero antes tienes que encender la llama que quieres ver en los ojos de los demás”.